En el perfeccionamiento del diseño curricular de la Educación Preescolar, la dimensión del desarrollo social personal considera la socialización, la afectividad  como procesos permanentes, continuos, ascendentes, dinámicos e integrados en la totalidad del currículo y el proceso educativo, para el desarrollo integral de las niñas y niños cubanos de la primera infancia. Se ubica entonces, la dimensión del desarrollo personal social, como objetivo y contenido ( parte y todo), como rectora, dentro de las restantes dimensiones y de ella en sí misma, en la dirección integral y global de un proceso educativo dialéctico y desarrollador que  profundiza en la sistematización e integración de conocimientos, habilidades, hábitos, actitudes, normas de comportamiento para el desarrollo de procesos y necesidades básicas como ser humano y que a su vez refleja, la relación entre el ser y el deber ser, en el  nivel de aspiración del ideal del hombre a su mejoramiento personal y a su integración social desde su propia individualidad y en correspondencia con las condiciones y el reconocimiento del medio social y cultural al cual pertenecen. Se reafirma así, cómo “el desarrollo personal social no se contrapone si la identidad individual se desarrolla en el espíritu de la identidad cultural de un grupo o de la sociedad y asume de forma consciente y creadora, sus valores más auténticos” (Lecsy Tejeda)